LA TENTACIÓN de Ricardo Acevedo Bernal

Decidí trabajar sobre una pieza de pequeño formato de Ricardo Acevedo Bernal, óleo sobre tabla sin ficha técnica en el momento de hacer la observación y que hace parte de la colección permanente del Museo de Arte del Tolima, [MAT] en la ciudad de Ibagué. Se trata de la figura de un monje con sotana de color gris que termina de descender de unas escaleras, al tiempo que una mujer joven y desnuda, en actitud lasciva, se apoya sobre su cuerpo; lo femenino aparece connotado dentro de una esencia demoniaca: en efecto, en la parte superior de las escaleras, como un saltimbanqui que hace equilibrio sobre la baranda de piedra, el diablo o el deseo, con ajustado vestido rojo, una capa que se desprende en el vacío y una indicación de dos pequeños cuernos sobre su cabeza, contempla la escena con expresión irónica a espaldas de los personajes. El artista representó la aparición del deseo en la mente del monje, un deseo claramente inspirado por el diablo y que se manifiesta en la figura femenina que se apoya en el hombre de la sotana. El tratamiento pictórico se desarrolla a través de gestos rápidos sobre todo en las figuras humanas y llama la atención en este sentido el movimiento que sugiere la capa del diablo, así como cierta transparencia o condición fantasmal en el cuerpo desnudo de la mujer, que deja adivinar las formas de las escaleras que se encuentran atrás. Sin embargo la expresión del monje no revela mayor cosa: se mantiene en apariencia indiferente pese a la potencia del deseo y/o la tentación. Frente a la posibilidad o pregunta que surge respecto a que las apariciones sean realmente espantos o figuraciones espectrales, la actitud un tanto seca del monje sugiere la interpretación que hemos desarrollado, en el sentido de ser proyecciones mentales del propio sujeto. Ricardo Acevedo Bernal decidió no pintar lo siguiente:

1)    La aparición del deseo en un lugar público o relacionado con una mujer real, aquí se intuye, aunque desde luego puede surgir la duda al respecto, que la mujer representada es una proyección mental del mismo monje, inspirada en todo caso por el diablo. Acevedo Bernal hubiese podido ser más teatral, por ejemplo y hacer que el deseo se manifestase en el curso de una misa u oficio religioso, o la hora de la cena de los monjes, pero decide que sea en un lugar solitario y en horas nocturnas. Es un hombre que debe enfrentarse el solo a sus propios fantasmas.

2)    La aparición del deseo en un lugar demasiado íntimo, como puede ser la celda o la habitación del monje, evitando con ello cualquier referencia al patetismo de dicha lucha en la mente del religioso o referencias demasiado explicitas a la realidad del sexo que seguramente el artista quería evitar; esta escena dentro de una concepción más descarnada, por ejemplo la visión de un cineasta como Luis Buñuel, seguramente hubiese aprovechado la soledad de la celda para provocar de una manera más frontal al monje y sus prejuicios respecto al sexo y la mujer.

3)    De nuevo y como para reafirmar lo que ya se dijo, aunque se trata de un lugar público, nada más anodino que las escaleras y pasillos del claustro. Es un lugar solitario, seguramente poco frecuentado a esas horas de la noche, con ello el artista centra al personaje principal en una dimensión ciertamente cotidiana (el monje que hace su ronda nocturna) asaltado de repente por estas figuraciones y que a él le deben parecer insinuaciones del diablo.

4)    El diablo se ríe a sus espaldas, no se trata de una aparición frontal o de un ataque demasiado evidente, lo cual no correspondería con la expresión un tanto seca del monje. El diablo se vuelve así un personaje juguetón que gusta de gastar sus buenas bromas a los pobres monjes que tratan de apartarse del mundo y la tentación del placer. La ubicación del diablo en la escena y sobre todo su actitud evitan que el artista derive hacía un tono demasiado gótico o truculento si se quiere.

5)    Al mismo tiempo se genera cierto suspenso sobre si la treta del diablo surtirá efecto o no, es decir si el monje caerá en la tentación de la carne o que le sucederá al pobre monje. ¿Confesará a sus superiores los fantasmas de su mente? ¿Caerá en un estado febril o terminará loco finalmente? ¿Recibirá algún tipo de castigo o degradación dentro de la comunidad a la que pertenece? ¿O se guardará todo esto para sí con el fin de evitarse posteriores complicaciones? Todo ello incrementaría los niveles de teatralidad y literalidad del trabajo; el artista evita elementos que así mismo podrían hacer referencia a cierta violencia contenida, así fuese de tipo psicológico a través de la culpa y posterior expiación.

Ricardo Acevedo Bernal_La tentación

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